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LOS VERDES DE 1821

Foto del escritor: デイジーデイジー

Common Sense

Why did the lord give us agility

If not to evade responsibility?


“Soy español, nacido en Utrera, reino de Sevilla y soy hombre de letras”


Su estatura no pasaba de cuatro pies y ocho pulgadas. Tenía el rostro picado de viruelas y las narices larguísimas. Era muy suelto de cuerpo y de lengua. Hablaba y escribía bastante bien el francés. Le vimos por primera vez cuando llegó a San Juan de Luz en 1792, entusiasmado hasta el delirio con la idea de vivir en el país de la libertad y de embriagarse con ella».

A quien madame Stäel definió como “una falta de ortografía de la naturaleza”

y Chateabriand como “un aborto lleno de ingenio”.


a Adán, juguete 1º


Buen Adan, que por comer

una manzana podrida

hiciste que no ande en cueros

tu numerosa familia

y que no duerma en el suelo,

si no es cama mullida:

desdechado, cuántos males

causó tu glotonería.

Por ti el insípido vino

bebemos de malvasía

y los amargos rosolis

en vez de agua cristalina.

Por ti comemos manjares

con especias de la India,

en vez de dulce castaña y

de bellota exquisita.

Por ti no más cuál perros

mujeres y hombres fornican,

sino sobre blandos lechos,

lejos de nuestra vista,

¡Oh, desdichados mortales,

cuán mísera es vuestra vida!

Y por último remate

de lastimas y desdichas

después de muertos se hunden

vuestras ánimas precitas

el insondable golfo

de azufre y pez derretida.


El abate Marchena

1768 - 1821


A mediados del siglo XIX, las noches en Madrid son oscuras y medrosas. Don Manuel Fernández y González, aspirante a novelista de éxito, camina apresurado por la Ronda de Atocha, dejando atrás los jirones de niebla que rodean el cementerio de San Nicolás.

En un recodo de la calle, recortada en la plateada luz de la luna, se le presenta la figura de un hombre alto y delgado, de tez pálida, vestido con frac y chistera.

—¿Quién es usted? —pregunta asustado don Manuel.

—Soy el Barón del Destierro —responde el Hombre Alto—. Y vengo a proponerte algo que te hará inmensamente rico.

Poco después, siguiendo las instrucciones de este extraño personaje, don Manuel escribe Luisa o el Ángel de Redención, obra en la que incluye al personaje del Hombre Alto.

En cuanto la novela se publica consigue un éxito sin precedentes en todo el país, vendiendo más de 200. 000 ejemplares, una cantidad increíble para la época. Todo el mundo comienza a alabar a don Manuel, e incluso la reina Isabel II lo invita a la Corte por ser «su autor favorito».

Pero se enamoró locamente de una estanquera y se fugó a París con ella, dejando varias obras sin concluir. Allí subsistió publicando también folletines en diarios locales y ejerciendo de traductor. Entonces estalló la Revolución de 1868 y se exilió Isabel II, amiga suya, a la que recibió el escritor.


El manco de Lepanto

Episodio de la vida del Príncipe de los Ingenios Miguel de Cervantes Saavedra


(...)


«Post scriptum»


Paréceme oírte decir, bondadoso lector que hasta aquí hayas llegado:

—¿Cómo, señor autor, y así nos deja vuesa merced a media miel, sin decirnos lo que fue de Cervantes, de Margarita y aun de Florela?

A lo cual el autor responde:

—Lector benévolo, si este episodio de la vida de Miguel de Cervantes te hubiere agradado, y a otros muchos, lo que yo veré por la venta de los ejemplares, prométote contarte otros episodios de la vida del mismo héroe, y entonces tal vez salga a luz lo que fue de Margarita, y aun lo que fue de Florela.


Manuel Fernández y González

1821 - 1888


Fea y con gracia, entremés de S y J Alvarez Quintero


Fea y con gracia

Los Hermanos Quintero


Serafín Álvarez Quintero

Utrera, Sevilla, 1871-Madrid, 1938


PRIMAVERA

¿Ves, hermosa, la fuente que bullendo

el céfiro menea blandamente?

Amor la agita: mira su corriente

hacia el amado arroyo huir riendo.


Mira volar la abeja susurrante

en torno de las violas olorosas,

y su néctar le ofrecen amorosas,

zagala; que es la flor también amante.


¿No escuchas gorgear los ruiseñores,

de aguda flecha el tierno pecho heridos,

y en melodiosos trinos no aprendidos

explicar sus dulcísimos amores?


¿No ves las palomillas amorosas

exhalar sus arrullos inflamados?

¿Los pichones no ves enamorados

responder en querellas cariñosas?


Todo es amor; la alegre PRIMAVERA,

al universo nueva vida dando,

naturaleza yerta va inflamando,

que Enero con su escarcha entorpeciera.


Y tú, por más que lo rehuyas dura,

has de rendir a Amor el cuello erguido,

que todo se avasalla ¡ay! a Cupido:

tal es la ley eterna de natura.


A una dama que cenó con el autor


El Abate Marchena

1768 - 1821


“Signorina, signorina”

Pablo Luna, 1921


Reminiscent Reflection

When I consider how my life is spent,

I hardly ever repent.


Odgen Nash

1902 - 1971


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